keiko fujimori & ollanta humala
Las elecciones presidenciales del 10 de abril en el Perú arrojaron como finalistas a Keiko Fujimori y Ollanta Humala, dos opciones cuestionables que dejaron muy mal sabor de boca a un 45% de la población votante.
Ollanta Humala, militar dado de baja por sublevarse el 2005 en contra del gobierno de Alejandro Toledo, representa un gobierno nacionalista, un experimento personal que busca aplicar su criterio individual de justicia social, en tiempos donde ha quedado ya demostrado que la apertura, el diálogo y la concertación a todo nivel, son la clave para el éxito y el desarrollo de las naciones. Las inversiones nacionales y extranjeras miran ya con desconfianza su posible triunfo. Como todo nacionalista, su primera herramienta será el asistencialismo, el populismo, para comprar apoyo a sus proyectos mesiánicos. Pero lo mas preocupante, de complicarse su gobierno, es el brazo duro militarista en especial de la promoción de 1984 del ejército a la cual pertenece Humala. Un proyecto autoritario de izquierda militarista.
Keiko Fujimori, hija del ex-presidente Alberto Fujimori, heredera de la dinastía autoritaria de su padre, se encuentra rodeada de gran parte del clan que lo acompañó en la década del noventa. Si bien Keiko ha deslindado con Montesinos y su mafia, también es cierto que ha tenido que filtrar repetidas veces su lista congresal al detectarse vinculaciones de algunos personajes con la mencionada mafia. Keiko estuvo al lado de su padre como Primera Dama aprendiendo desde primera fila, el manejo vertical de las instancias gubernamentales y además ha reconocido que el gobierno de su padre fue autoritario. Es mucho mas que obvio entonces, cuál será su estilo de gobierno: Fujimori representa el autoritarismo como herramienta del pragmatismo político. Si Alberto Fujimori fue incapaz de ejercer control sobre Montesinos y su red de corrupción, ¿cómo podría una mujer de 35 años mantener control de un futuro oscuro canciller que le haga el trabajo sucio? En suma, un proyecto de mafia auritoritaria de derecha.
La tierra de los Incas una vez más frente a un cruce de caminos: ¿dictadura de izquierda o de derecha?
