domingo, 22 de julio de 2012

USA- ASESINOS MULTIPLES- A PROPOSITO DE LA MASACRE EN COLORADO



Después de cada trágico episodio de sangre y dolor, la opinión pública norteamericana, incapaz de darse cuenta del verdadero problema, busca responsabilidad de estas carnicerías en individuos aislados. Las agencias de noticias llaman “psicópatas” o “sujetos desequilibrados” a los culpables de tales masacres y es bastante probable que terminen sus días siendo ejecutados.

Pero, a diferencia de los detectives a cargo de investigaciones criminales, quienes buscan sacar conclusiones en base a evidencia similar entre uno y otro caso, los medios se rehusan histórica y sistemáticamente a atar cabos e identificar las razones de fondo de conductas tan destructivas para la sociedad estadounidense. Como si se hubiese adoctrinado o adormecido a una nación entera, ningún periódico, revista o canal televisivo se atreve a zambullirse en las turbias aguas del periodismo de investigación comprometido con la verdad. Aquellos “Reportajes Especiales” dedicados íntegramente a estos asuntos, se limitan simplemente a presentar los hechos o a confeccionar una lista de los casos más notables de los últimos años.

La máxima ambición de todo ser humano es la felicidad. Cuando la existencia propia se convierte en un callejón de sufrimiento sin salida, el individuo deja de valorar su vida y la de los demás. Cuando los efectos de este daño han sido profundos y permanentes, tenemos entonces a toda una población al borde del abismo psicopatológico. Algunos presentarán cuadros menos severos que otros, pero todos habitan dentro del mismo manicomio llamado capitalismo salvaje.


El Sistema discrimina a las minorías, se burla de la gente con sobrepeso y de las limitaciones de los ancianos. Esto engendra frustración, baja autoestima y resentimiento, y comienza en las escuelas bajo el nombre de BULLYING.

El Sistema valora el consumo excesivo, el apego a lo material y admira al poder económico. Aparece así la envidia, frustración, resentimiento y en algunos casos el odio del resto de la población que no tiene las mismas posibilidades materiales.

El Sistema no extiende una mano de ayuda a la salud colectiva, pues convierte en privado el acceso a la salud. Disminuye la autoestima del individuo haciendo que se sienta avergonzado de no poder costearse sus consultas y medicamentos. La depresión sobreviene entonces porque es la vida misma la que está bajo amenaza. Los enfermos sin acceso a la salud se sienten absolutamente vulnerables, desprotegidos y la angustia y la desesperación se apodera de ellos.

El Sistema no respeta los derechos de los trabajadores en el centro laboral. Los sindicatos han ido siendo desmantelados en las últimas décadas sin considerar la opinión de los empleados. El proceso de contratación y despido se vuelve abusivo y unilateral, dejando al individuo con una enorme incertidumbre respecto al futuro, angustia y frustración.

El Sistema tolera la enajenación de niños, jóvenes y adultos con “basura”televisiva y videojuegos de extrema violencia. El individuo vive divorciado de la realidad, en su cabeza habitan mundos imaginarios convirtiéndose en un maníaco aislado mentalmente de la colectividad y cargado de sed de violencia.

El Sistema envuelve y atrapa a los individuos en la vorágine del consumo para poder lucrar casi impunemente con tarifas e intereses predatorios. Los prestamistas abusan de los ciudadanos empobreciéndolos y destruyendo sus vidas. Mucha gente pierde sus casas y vive asfixiada en deudas presa de la angustia, la zozobra, la desesperación y hasta del pánico.

El Sistema abusa de la población invadiendo subconscientes a traves de la publicidad, provocando el consumo de alimentos de  nocivos efectos nutricionales que causan enfermedades y dolencias perfectamente evitables, pero que van erosionando la salud física y por ende mental de la sociedad.

El Sistema insiste en mantener absurdos conflictos en el exterior, priorizando el supuesto beneficio económico de la guerra, sobre la salud mental y la vida de los soldados. Aquellos que retornan del Medio Oriente no logran jamás reintegrarse plenamente a la sociedad.

El Sistema discrimina a los varones en busca de pareja por el aspecto físico. Muchos encuentran una enorme frustración al ser despreciados una y otra vez. Imposibilitados de alcanzar uno de los objetivos más importantes para lograr la realización en la vida, la puerta mas importante hacia la felicidad esta cerrada para ellos. Estadísticamente la mayoría de asesinos múltiples, no han podido formar una relación y/o no han gozado de una pareja estable o permanente.

Es importante recalcar el profundo efecto psicológico en la sociedad americana a nivel nacional como consecuencia de un Sistema irracional e inhumano a lo largo de las últimas cuatro décadas. ¿Cómo sabemos que se trata del Sistema? Porque los casos de asesinatos múltiples se han presentado aleatoriamente en cualquiera de los 50 estados del territorio.

La discriminación es una forma de violencia. El creciente desbalance de riqueza entre ricos y pobres también es otra forma de violencia, denegar el acceso a la salud es, asimismo, otra forma de violencia. Todos estos abusos sistemáticos disminuyen la autoestima de la gente, produciendo frustración y resentimiento. Ante el abuso caben dos tipos de reacciones: la depresión, la zozobra y la angustia, o el resentimiento, el odio y la venganza. En ambos casos, la gente cae presa de la desesperación y lleva a cabo acciones descabelladas y ciertamente trágicas.

¿Todavía nos preguntamos por qué suceden este tipo de atentados? El egoísmo, la insensibilidad, la discriminación, la indiferencia y la crueldad son un patrón constante en la vida de los norteamericanos. Se trata de un Sistema que realiza una agresión permanente hacia el individuo, un atropello sistemático de derechos y libertades que costó mucho esfuerzo alcanzar durante el proceso histórico norteamericano. La crisis económica y el desempleo han afectado indudablemente el número de asesinatos múltiples en los Estados Unidos. Y es que luego de perder el empleo y la casa, lo que viene a continuación es la descomposición familiar. Una persona que ya lo ha perdido todo, agobiada por las circunstancias y presa de la angustia y la desesperación, no tiene ya nada más que perder.