Nada ni nadie puede discutir o poner en tela de juicio la agudeza mental, la amplitud de sus intereses, su capacidad oratoria, las redes informativas que ha desarrollado y su trayectoria como opinador profesional muchas veces historica en America Latina en las ultimas decadas. Jaime Bayly siempre tuvo y siempre tendra una voz clara, directa e informada para diversos temas y diversas naciones en Iberoamerica.
Sin embargo, en estos sus anos otonales, muchas de estas virtudes, asi como su popularidad y su credibilidad se han puesto lamentablemente en venta. Grotesca fue la Campana Electoral, por ejemplo, en el Peru el ano 2011, donde un supuesto programa periodistico/ informativo imparcial como el espacio de Bayly, sirvio de balcon para demoler la candidatura de Ollanta Humala. Demas esta decir que fue el gremio empresarial el que apoyo tanto con la senal televisiva como con los fondos necesarios para "auspiciar" tal espacio, temeroso de un militar poco preparado y medio izquierdista que amenazaba con volverse presidente y que al final lo logro. Para fines del presente articulo no entraremos en detalles en los pormenores de tales elecciones, pero si en la facilidad con la que un periodista profesional modifica sus pensares al ritmo de los fajos de dolares.
Lo mismo viene sucediendo con las presentes elecciones en Colombia en donde Bayly ha tomado partido, sin ningun pudor, por el ex-presidente Uribe y su candidato a la Presidencia Oscar Ivan Zuloaga. Es cierto que Uribe logro controlar la violencia en Colombia pero hasta el dia de hoy su gestion y sus colaboradores vienen siendo investigados por instituciones de derechos humanos. Tambien por sus lazos con el narcotrafico de donde se dice obtuvo los fondos para estos fines. Lo cierto es que Bayly es un confeso Uribista comprometiendo peligrosamente su credibilidad y prestigio al echarse encima el pasivo incluido en el paquete. Tal vez confia mucho, y ya lo hecho anteriormente, en el poder de su tribuna internacional para cambiar de color, para desligarse, para relativizar o decir que nunca dijo lo que dijo en el caso que Uribe y Zuloaga caigan en la impopularidad. Sin duda Jaime camina sobre una espada con filo desde hace varios anos. Para un periodista que vive de la credibilidad en su palabra, es un riesgo tan alto como inutil. Ser el blanco de acusaciones y caer en el desprestigio es ciertamente una batalla que podria ganar una o dos veces, pero uniendo los puntos a traves del tiempo el resultado siempre sera desfavorable.
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