Venezuela: Revolución de la Corrupción

Venezuela se hunde en la pobreza, en la violencia y en la corrupción. Hay más pobreza que hace diez años cuando asumió Chávez. Campea la delincuencia, el pisoteo, el abuso, el atropello, la estafa, la extorsión, el ajusticiamiento, los escuadrones (motorizados) de amedrentamiento. La tasa de criminalidad en Caracas se ha triplicado desde que Chávez asumió y es una de las ciudades con más alta incidencia de muertes por arma de fuego. La corrupción es Reina al lado del Rey Chávez y de sus secuaces. El dinero del petróleo va directo a los bolsillos de la gente del gobierno. ¿Justicia Social? Una gran mentira.

Y hay que ver ese florido discurso anti-imperialista, pro-pueblo. El opio del “Aló Presidente” anestesiando las masas, haciéndoles creer que el gobierno se preocupa, que el gobierno vela por ellos. La televisión cumple así su función mas vil; la de desinformar, de manipular, en pocas palabras, la de mentir. Siento gran dolor por Venezuela, por su pueblo secuestrado, por su pueblo vuelto ignorante a fuerza de escuchar al gran gorila que con el rifle en la mano, no escucha ni deja escuchar mas opinión que la suya propia. Los dineros asignados a los proyectos a las clases populares tanto en el campo como en la ciudad nunca llegan, se “pierden” en el camino. Inaudito escuchar a Chávez hablar de castigo a los corruptos. ¿Cuántos miembros del gobierno han sido sentenciados o al menos investigados? Correrá mucha, mucha sangre antes de que Venezuela expulse a Chávez y recupere su territorio.

Venezuela es tierra de nadie. No hay ninguna garantía de derechos humanos. Aquél que tiene poder de fuego (Tupamaros) puede obtener algún tipo de concesiones, pero para el ciudadano de a pie, el atropello llega en cualquier momento. El desabastecimiento alimentario es notorio. El campo está paralizado y no produce, las ciudades empiezan a estar desabastecidas. El hambre campea, el descontento también. Pero el miedo silencia al hambre por ahora. El abuso se contagia, se transmite, se difunde a lo largo y ancho del territorio, y enseña a todo el país, y al continente, que la manera correcta de obtener las cosas es atropellando.