lunes, 28 de septiembre de 2009

descriminalización de drogas en portugal


Gracias nuevamente por leer El Caldero, www.cuartotrasero.blogspot.com Siempre a la espera de sus comentarios en el blog al pie de cada nota. Esta vez he traducido un artículo de la revista The Economist. Espero les guste.


Política de Drogas en Portugal,

Tratamiento, no castigo.
La evidencia en Portugal, muestra que la descriminalización en la posesión y el uso de drogas trae beneficios en vez de efectos colaterales dañinos.


En el 2001, los periódicos del mundo entero mostraban reportes muy gráficos de adictos inyectándose heroína en las oscuras calles de una barriada en Lisboa. En ese entonces, a este lugar se le denominó “ el vecindario más vergonzoso de Europa” y también se le llamó “la barriada de las peores drogas”. El Diario británico The Times, pudo encontrar a un joven mochilero inglés que yacía casi en estado de coma en una esquina. Esta horripilante cobertura fue provocada por la decisión del gobierno de Portugal de descriminalizar la posesión y el uso de todo tipo de drogas incluyendo la heroína y la cocaína. La policía tenía la orden de no arrestar a nadie que estuviera consumiendo algún tipo droga.

Esta “lesgislación ultraliberal”, decía la prensa extranjera, ha hecho sonar las alarmas en toda Europa. Se les dijo a los portugueses que pronto verían cómo los hoteles para vacacionistas, se convertirían en campos de desecho de turistas drogadictos. Algunos políticos conservadores denunciaron esta descriminalización como “demencia absoluta”. Legiones de estudiantes extranjeros tomarían rumbo hacia Algarve para fumar marihuana, vaticinaba Paulo Portas, líder del Partido Popular. Portugal, decía él, ofrecería entonces “Mar, playas y cualquier droga que quisieras”.

Aún así, luego de todo el furor, esta ley fue largamente olvidada por la prensa portuguesa e internacional hasta inicios de este año, cuando el Instituto Cato, una organización americana libertaria, publicó un estudio de esta nueva política, elaborada por un abogado llamado Glenn Greenwald. En contraste con las espantosas consecuencias que los críticos predecían, él concluyó que “ninguno de los catastróficos escenarios” inicialmente expuestos, “ desde altos incrementos en el uso de drogas entre los jóvenes hasta la transformación de Lisboa en el paraíso de los turistas drogadictos, ha ocurrido”.

Greenwald sostiene que las estadísticas muestran que “ la descriminalización no ha tenido efecto adverso en la tasa de uso de estupefacientes en Portugal”, la cual, “ en numerosas categorías, se encuentra ahora entre las más bajas de la Unión Europea”. Esto ha sucedido luego de algunos incrementos en los años 90, antes de la descriminalización. Los datos revelan muy poca evidencia de turismo por parte de drogadictos extranjeros: el 95% de las personas citadas por alterar el orden luego de consumir drogas desde el 2001, son portugueses. El nivel de tráfico de drogas, medido a través de número de personas arrestadas, también ha descendido. De igual forma, la incidencia de otros problemas relacionados con las drogas tales como la incidencia de enfermedades de transmisión sexual y las muertes por sobredosis, han “disminuido de manera dramática”.

Hay muchos que entienden de manera equivocada la política Portuguesa. “Es importante no confundir descriminalización con despenalización o legalización”, señala Brendan Hughes del Centro de Monitoreo Europeo sobre Drogas y Adicción que, coincidentemente, se encuentra en Lisboa. “El uso de drogas sigue siendo ilegal en Portugal y cualquiera que se encuentre en posesión, será detenido por la policía, se le confiscará la droga y se le enviará ante una comisión”.
Tampoco es poco común en Europa, hacer del consumo de drogas una ofensa administrativa en lugar de una ofensa criminal (se le pone en la misma categoría con la de no usar cinturón de seguridad al manejar, por decir). Lo que es realmente diferente, según Hughes, es que los transgresores en Portugal son enviados con especialistas de una “Comisión Disuasiva” que es un organismo del gobierno, en vez de enviarlos al Sistema Judicial. “En Portugal,” replica, “el aspecto sanitario es prioritario en la respuesta gubernamental ante las drogas.”

La meta de las Comisiones de Disuasión, integradas por paneles de dos o tres psiquiatras, trabajadores sociales y consejeros legales, es la de motivar a los adictos a que obtengan tratamiento y la de evitar que los usuarios recreacionales caigan en la adicción. Estas Comisiones pueden ordenar que los infractores realicen trabajo comunitario y hasta pueden imponer multas, pero el castigo no es su meta principal. La policía envió cerca de 7,500 personas a Comisiones de Disuasión anualmente. Pero nadie, que se considere que tenga en su poder menos de una cantidad inferior a 10 días de consumo personal, puede ser arrestado, sentenciado a prisión o puesto en la lista de aquellos con antecedentes criminales.

Las autoridades creen que, el hecho de eliminar el temor de la ilegalidad, ha motivado a los adictos a buscar tratamiento. Esto hace que cambie su visión respecto a que las sanciones criminales no son la mejor respuesta. “Antes de la descriminalización, los adictos tenían miedo de buscar tratamiento por el temor de ser denunciados ante la policía y arrestados”, dice Manuel Cardoso, sub-director del Instituto Sobre Drogas y Adicción, principal organismo del Gobierno involucrado con la prevención y políticas en materia de drogas. “Ahora ellos saben que van a ser tratados como pacientes con un problema y no estigmatizados como criminales”.

El número de adictos registrados en programas de sustitución de drogas, se ha elevado de 6,000 en 1999 a más de 24,000 en el 2008, reflejando una gran aumento en el tratamiento (pero no en el uso de drogas). Entre el 2001 y el 2007, el número de portugueses que sostienen haber probado heroína al menos una vez en su vida, se incrementó de 1.0 a 1.1%. Para la mayoría de las otras drogas, las cifras han caído: Portugal tiene una de las tasas más bajas de uso de cannabis a lo largo de la vida, en todo Europa. Y lo más notable, es que el abuso de la heroína y otras drogas, ha decrecido notablemente entre los grupos más vulnerables como son los más jóvenes.

La cantidad de usuarios de heroína por vía intravenosa ha caído de 45% antes de la descriminalización, a 17% hoy día, añade, porque la nueva ley ha facilitado el tratamiento y los programas de reducción de daño físico. Los drogadictos hoy en día son solamente el 20% de los casos de HIV (Sida) en Portugal, cuando antes del 2001 eran el 56%. “Ya no tenemos que trabajar bajo la paradoja que en muchos países existe, de dar apoyo y cuidado médico a gente a quienes la ley considera criminales.”

“Es científicamente imposible sostener que no existe un vínculo entre las medidas de descriminalización y los cambios en los patrones de consumo de drogas en Portugal”, concluye Hughes. “Cualquiera que mire las estadísticas puede observar que el consumo de drogas en el 2001 era relativamente bajo para los estándares europeos y que hasta hoy se mantiene así en Portugal. El Apocalipsis nunca llegó.”

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